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LA MISERICORDIA y LA PAZ


Las obras de misericordia, ¿en qué consisten y cuáles son?


Realizar obras de misericordia permite a los amigos de Jesús mostrar amor y compasión por aquellos que experimentan cualquier sufrimiento, ya sea mental, corporal, del corazón o del alma. Todos los católicos tenemos la responsabilidad que nos ha encomendado Jesucristo de realizar obras de misericordia, y seremos juzgados por estos actos misericordiosos al final de los tiempos


 Veamos este vídeo con la voz del Papa Francisco 

y este otro👇👇👇y este



SEMILLAS DE MISERICORDIA , SEMBRADORES DE PAZ

 Las semillas de misericordia son como un granito de mostaza, algo muy muy pequeño, pero que cuando cae en tierra da mucho fruto. Tenemos la oportunidad de sembrar muchas pequeñas semillas de misericordia, de hacer muchos gestos de misericordia a lo largo del día; puede ser a través de una mirada, de una palabra, de una obra concreta,…podemos convertirnos en sembradores de misericordia.

¿Cuál es el campo para sembrar? Nuestro campo es la familia, los amigos, los compañeros de clase, los vecinos,…Sembrar siempre, a tiempo y a destiempo, y pronto las semillas darán fruto. ¿Cuál será el fruto? Personas felices de verdad, que viven con alegría, con gratitud, con sencillez, con paz, con esperanza, …y a su vez, ellos se convertirán en sembradores de misericordia y hacemos una cadena muy larga, muy larga,…¿te apuntas?

Las 7 Obras de Misericordia Espirituales

Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. (Catecismo)

1. Enseñar al que no sabe.

 Siembras misericordia si enseñas al que no sabe aquello que que sabes y también cuando uno se deja enseñar.

Es importante que cooperemos con nuestros AMIGOS, pero es mas importante enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc.

2. Dar buen consejo al que lo necesita.

 No es fácil eso de dar un buen consejo, a veces no damos consejos, sino que directamente dictamos lo que el otro tiene que hacer. Eso no es semilla de misericordia. 

Siembra misericordia dando siempre buenos consejos a la luz del Evangelio, según el querer de Dios y pide por esa persona que lo necesita, para que pueda acogerlo y ese buen consejo sea luz en su vida.

Uno da el consejo, creyendo que es lo mejor para esa persona, lo entrega, pero no espera beneficio alguno por ese consejo dado


3. Corregir al que se equivoca.

 Sembrar misericordia es corregir desde el cariño, la misericordia, la ternura,…buscando realmente el bien de la otra persona, eso implica no hacerlo desde el dominio, ni desde la humillación, ni hacerlo en público,…sino desde el amor

Muchas veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún AMIGO se equivocarse, olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para que no lo vuelva a hacer.

4. Perdonar al que nos ofende.

 Sembrar misericordia es perdonar las injurias, el mal que el otro te hace, incluso si aparentemente te lo hace conscientemente, el saber poner paz y bondad, lo que de natural genera división, guerra, ufff, llegar a esto es de personas pacíficas.

¡Que difícil!, y tanto ya que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de PERDONAR NUESTROS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar….

5. Consolar al triste.

Jesús nos ha dicho: «Dichosos los que lloran porque serán consolados». 

Sembramos misericordia si ayudamos a superar ese momento de tristeza de la persona que sufre, si ponemos una nota de alegría, de esperanza, si le manifestamos de alguna manera que la amamos y sufrimos porque ella está triste. Está atento y verás como surgen muchas oportunidades de sembrar la pequeña semilla de una sonrisa y consolar a tantas personas de nuestro alrededor que están tristes, que sufren.

6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.

¡Que fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!. Cuando seamos capaces de disimular los defectos de nuestro amigo, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de cole y ellos la tendrán con nosotros, en nuestros defectos.

 Sembramos misericordia cuando sufrimos con paciencia, sin enfadarnos, así responde mi corazón ante aquello que me molesta del otro. Esto es posible, contamos con la ayuda de Jesús si se la pedimos. A nosotros también nos tienen que perdonar nuestro defectos y agradecemos que los sufran con paciencia y no nos respondan a voces o de mala manera,…hay defectos que molestan y uno no lo sabe.

7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.

 Para sembrar misericordia, ternura, comprensión, cariño,…y no sembrar división, odio, enemistad,…es importante que recen por nosotros, que le pidan a Dios que no me deje llevar de lo más cómodo, de lo más fácil,…rezar a Dios por otra persona, para que Dios la ilumine en su bien hacer

Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe.

7 Obras de Misericordia Corporales

Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos 

1. Visitar a los enfermos.

 Las personas que están enfermas sufren porque desearían estar bien y poder hacer una vida normal. Sufren porque creen que así son un “estorbo” que no “sirven” para nada, sólo para molestar a quienes les tienen que cuidar y atender. También sufren si tienen dolores.

Nuestros hospitales están llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna.  Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía a esas personas que sufren en soledad.

 Es muy importante que la persona enferma descubra que ella, con salud o en la enfermedad, es valiosa, que lo importante no es poder y saber hacer muchas cosas, sino ser uno mismo.

2. Dar de comer al hambriento.

Jesús nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, «El que tenga dos capas déle una al que no tiene, y el que tenga alimento, comparta con el que no»(San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos el estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de Dios que no los deja desfallecer.

 Sembramos misericordia cuando compartimos nuestra comida con el que no tiene, o sencillamente con aquél compañero que no se ha llevado merienda para el recreo, también cuando evitamos caprichos innecesarios y con lo que nos ahorramos damos de comer al más necesitado.

3. Dar de beber al sediento.

 ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician.

Dar de beber al sediento es un gesto muy sencillo que seguro has hecho más de una vez. Ahora descubres que así también siembras misericordia. Que importante que nunca niegues a nadie un vaso de agua y es ir un poquito más allá si colaboras con otras personas que trabajan para conseguir que haya agua en cualquier lugar donde viven personas.

4. Dar posada al peregrino.

Se trata de ofrecer casa a quien no tenga porque va de camino. Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia. No siempre podemos llevarnos a casa a personas necesitadas pero si colaborar con Cáritas u otras asociaciones fiables en el apoyo a estas personas que sufren no tener un lugar donde dormir, colaborando con los albergues parroquiales o sociales, ... y quizá también te surja la oportunidad de dar hospedaje a ese compañero que por dificultades familiares está sólo en casa, o se pasa el día en la calle,.. acoge en tu casa y en tu corazón al que te encuentras en tu camino.

5. Vestir al desnudo.

 Pero, ¿cuánta ropa tienes en tu armario? Mucha seguramente. Es bueno no pedir ropa innecesaria, no exigir que sea de marca, tener detalles con aquel compañero que vemos no dispone de lo necesario para vestir y no pasar frío

A menudo por la calle nos encontramos con personas que estan vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable.

6. Visitar a los encarcelados.

Cada mañana nos levantamos y corremos a los colegios y posiblemente pasemos frente a un centro de reclusión en el que muchos de nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Está claro que redimir o visitar a un cautivo no siempre nos es posible, pero…¿tu conoces a algún compañero o familiar que por haber hecho algo mal, los demás compañeros lo tienen arrinconado, marginado, es rechazado del grupo, etc…? … Que semilla de misericordia tan especial si “redimimos” acogiendo, comprendiendo, perdonando, dando una nueva oportunidad, a aquél que está “cautivo” de algo que no hizo bien, o que no hizo como los demás querían que hiciera.

7. Enterrar a los muertos.

Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia corporal nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos mortales de aquellos que fueron Templo del Espíritu Santo.




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